domingo, diciembre 26, 2004

CIERRA LAS VENTANAS PORQUE QUIZAS LLUEVA

----Juan tiene buen apetito y además bebe bastante, así que perdonen sus comentarios, ya que cuando esta ebrio no mide sus palabras---- Esto decía Grissa a sus padres cuando JB abrió la puerta de la cocina. ----Alguien quiere más vino--- gritó JB. ----No, estamos bien, porque no vas a la cama mejor, ya es tarde y mañana hay que levantarse temprano---- dijo Grissa. JB se acercó a ella, la tomó por la cintura y trató de colocar la botella de vino sobre una alacena. Lo hizo con tal fuerza que estrelló la botella y el vino se comenzó a derramar. ---Perdón--- dijo JB, quitó la mano de la cintura de Grissa, sacó una servilleta de su pantalón y la dejó caer sobre el pequeño charco de vino. ---No se preocupen, ahora lo limpio--- dijo JB. Grissa mostraba un rostro descompuesto, unos rasgos faciales de tremendo odio hacia JB, incluso hacia el chorro de vino que iba cayendo desde la alacena hacia el piso. Nadie decía nada... entonces, JB se comenzó a quitar la playera azul que llevaba puesta. Con la playera limpió el charco de vino, la exprimió en la tarja y se la volvió a poner. De nuevo se acercó a Grissa y le dijo ----Todo listo, ahora si, a la cama--- Los padres de Grissa estaban sorprendidos de que su hija estuviera con un tipo como JB, No hicieron comentario alguno mientras sucedió aquello, pero en cuanto JB salió de la cocina, la madre de Grissa dijo ---que le pasa a este imbécil, como es posible que soportes este tipo de cosas. No volveremos a venir a esta casa mientras sigas con esta cosa que tienes por no se que... Qué futuro tienes con él. Vámonos Manuel.---- Los padres de Grissa salieron de la cocina y vieron a JB dormido sobre el sillón, recogieron sus cosas y salieron de la casa. Grissa cerró la puerta, pasó frente al sillón donde JB dormía, lo observó con desprecio, movió la cabeza e hizo una mueca y se dirigió a la recamara.

A la mañana siguiente, JB despertó a las 3 de la tarde, se levantó del sillón, se sonó la nariz con su playera y fue hacia la ventana más próxima. Corrió las cortinas y observó que el día estaba nublado. En su vida JB había hecho eso, no le gustaba que la luz entrara por la ventana cuando él despertaba; y mucho menos abrir de par en par las ventanas. Ese día por una extraña razón sintió que tenía que hacerlo. Después, se dirigió hacia la recamara, tocó pero nadie abrió, le gritó a Grissa, pero no obtuvo respuesta. Estuvo un buen rato gritando y como la puerta estaba cerrada con llave, opto por ir al baño. Orinó, abrió una gaveta azul para sacar un enjuague bucal y en vez de eso encontró una botella de Jonhy Walker y al lado un sobre color blanco. Tomó la botella, la abrió, dio un trago y abrió el sobre, agarró el papel que venía dentro y comenzó a leer.

Juan:
Me tengo que ir a Torreón, ayer mientras te emborrachabas me hablaron del Instituto de Nutrición y me dijeron que me tenía que ir. Siento no haberte avisado, pero no quise despertarte; además ayer realmente me hiciste sentir mal. Comiste como cerdo, agarrabas el pollo con las manos y los huesos los aventabas hacia todas partes. Varias veces tomabas comida de mi plato y me decías que te sirviera más, que tenías mucha hambre... Te terminaste 2 botellas de vino y además bebiste cerveza, vodka y no se que tanto. Mis padres se fueron enfadados, hasta amenazaron en no volver a la casa mientras tu siguieras comportándote de esa forma. Ayer intenté decirte que tenía que regresar a Torreón y que sería una estancia de 6 meses por lo menos, pero no me hiciste caso, seguías bebiendo y leyéndome tus espantosos poemas... Juan, lo último que tengo que darte es esta botella de whisky, ya no deseo más seguir contigo. No te quiero. Eres caprichoso, chantajista, solo piensas en ti... Me voy, cuídate. Adiós Juan.

Grissa.

PD: La llave de la recamara está en el primer cajón de la alacena, no se te olvide cerrar bien las ventanas, es un día nublado y quizás llueva. Y lamento no haber escrito una carta más larga pero bien sabes que no necesito decir mucho cuando quiero terminar con algo. Cuídate...

JB terminó de leer la carta, fue por la llave de la recamara, la tiró por el retrete y se sentó en el piso del baño a tomar su botella de Johny Walker.

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